miércoles, 23 de septiembre de 2009

Felices Fiestas Patrias

¿Usted cómo festejó el 15? ¿gritó "Viva México", comió tacos, bebió cerveza? Yo me quedé dormida. Descubrí que no soy nacionalista. Sinceramente, a ratos me avergüenzo de mi país. Y es que a un mes y medio de vivir en el extranjero podían ocurrir sólo dos cosas.
La primera, que llorara por mi 'Cielito Lindo', que quisiera cambiar mi voluntad por un taco decente, que anhelara cocos, palmeras, alfajores, morenas, salsas. La otra, que me enfrentara a la visión extranjera de mi México 'lindo y querido'.
Pasó lo segundo. Me desencanté.
Un taxista me reprochó el narcotráfico, un profesor me exigió una razón y un culpable para las muertas de Juarez, un hombre me reclamó por la corrupción, una madre me regañó por la inseguridad, un amigo me preguntó ¿extrañas México?, no, le respondí.
Pensé en Sandoval, en sus inmensas tardes de brevario cultural. "Este país es una mierda". ¿Lo es?
Uno se pregunta cómo nos vemos en el resto del mundo. ¿Speedy Gonzales y las telenovelas de Telerisa le dicen algo?
Al menos el boceto que he podido recrear de los comentarios chilenos escuchados en este tiempo, sobre el concepto de mexicano, es un gordo bigotudo, bebedor empedernido de tequila, con panza de hule, que come todo lo que se mueve, que canta corridos, que anda por la calle estresado por el miedo, que mata por placer, que se droga, que golpea a su mujer.
¿Que no dijo el Tizziano Ferro que las mexicanas somos feas, gordas y bigotonas? Mmmm, aún lo medito mientas acaricio con el pulgar y el índice, estos pelos que me salen sobre el labio superior. Jum, ¿será?
Y es que uno no se ve hasta que se mira en los ojos de alguien más, en los ojos de su yo en el espejo que no es usted.

Como todo, existen dos caras de la moneda. México también tiene bondades. Esas ganas de salir adelante a pesar de estar ahogados en la miseria, las soluciones inmediatas que le damos a las cosas, el ánimo de la gente, las hermosas playas. Si cada vez hay más pobres es porque los weyes no se suicidan, al contrario, se multiplican.

Por unos perdemos todos y si "Todos somos México", me carga la chingada.

Extraño los albures, eso sí.

No festejé el 199 aniversario de mi patria. No grité 'Viva México' con su respectivo 'cabrones'. Me hundí entre cobijas y miré los Andes por la ventana. El Valle de Elqui me dio la noche más estrellada que jamás vi. Al día siguiente le dije a Poncho, felicidades, eres un año más independiente, le dí una palmada en la espalda y le dí un sorbo a mi café Monterrey, marca chilena. Salud.

4 comentarios:

deivid dijo...

jejeje, bienvenida a la globalizada realidad. Así se ve México sin nosotros, así nos ven desde afuera.


un abrazote. no celebraste porque no quisiste, acá carne asada hubo, y tequila, y churritos.

Anónimo dijo...

Del wicho:

Ally respeto tu punto de vista sobre nuestro país, pero creeras que estando yo en Uruguay en realidad he extrañado a México.
A diferencia tuya yo si grité y celebré a México, aunque de diferente manera a como lo haría en nuestra tierra. El 15 de Setiembre (utilizando el sistema rio platense, como diría Artemiza) hubo un evento en el Teatro Solís de Montevideo, donde estubo la compañia de danza del Tecnologico de Monterrey.
Al siguiente Viernes tuvimos una fiesta en nuestro departamento, y una compañera de Aguascalientes (ya entrada en copas) fue la encargada de dar el grito de Independencia, aunque nuestros amigos Uruguaos creen que nuestro principal libertador de la independencia es Pancho Villa, jajaja.
En fin, saludos y que VIVA MÉXICO!!

Mojik! dijo...

No seas ojaldra!!...ser malinchista es lo peormil!!! Y_Y
Creo que el Wicho tiene razonmil!! :)

Pekusita dijo...

ya me caiste mal, ja, es suficiente dos meses fuera y lo que un grupo de gente que nunca ha estado en mexico dice? claro que no! es como si nosotros dijeramos que todos los colombianos son narcos tambien, pero se trata de quien puede ver mas alla, y neta que sin con todo amas a tu pais mereces respeto por que esas personas seran las que puedan lograr un cambio, pero si no? mejor ni regreses